La mujer y consanguíneo que a machetazos mataron a su carnal habían cavado un agujero donde se iban a deshacer de una vez por todas del cadáver que en el refri conservaban
Como un crimen que rebasa la realidad y que sólo se pueden ver en películas de terror y de monstruos, fue calificado el asesinato de Fernando Fidencio Castro Rodríguez, de 41 años de edad, al cual le fue arrebatada la vida a machetazos por sus propios hermanos para luego congelarlo en un refrigerador, durante casi 5 meses.
Los vecinos de la calle de Dramaturgos, en la Colonia Santa María Purísima Atlazolpa, en Iztapalapa, dijeron sentirse aterrorizados por el hecho, al considerar que con ello se quedó atrás el lazo carnal, al actuar como unos verdaderos animales tras atentar contra su propio consanguíneo.
Señalaron que esta familia, desde niños, se han dedicado a vender paletas de hielo por lo que tenían varios congeladores en su domicilio.
Explicaron que desde el mes de abril, "justo en el Domingo de Ramos, fue la última vez que se le vio a Fidencio, el cual -según los entrevistados-, tenía poco de haber salido de un reclusorio.
"Ese día se escuchó escándalo, pero como a cada rato se peleaban, no hicimos caso. Al día siguiente se le vio a la hermana con una herida de machete en la mano", comentaron los sorprendidos vecinos.
"Ella (hermana del asesinado), algunas veces dijo que sí habían tenido una discusión, pero que la patrulla se había llevado a su hermano y que lo había trasladado de nueva cuenta al reclusorio".
Policías aseguran que dentro del inmueble, en la parte de la cocina, este par de hermanos, ya tenían listo un hoyo que habían cavado durante ese tiempo a fin de enterrar los restos de Fidencio y borrar con ello toda evidencia.
No obstante, el lema de que no hay crimen perfecto, se hizo realidad cuando derivado de una denuncia ciudadana, agentes de seguridad del Sector Granjas acudieron al lugar y localizaron el cuerpo de la víctima dentro de una bolsa azul, en un congelador industrial.
Por estos hechos, los hermanos del occiso: José, de 40 años, y María, de 43, fueron presentados ante el ministerio público de la Coordinación Territorial Iztapalapa Dos, donde se iniciaron las averiguaciones respectivas.
Los modernos caínes María de los Angeles y Victoriano José Castro Rodríguez, quienes por problemas personales le dieron muerte a su consanguíneo, Fernando Fidencio, cuyo cuerpo fue guardado en un refrigerador, serán sujetos a un arraigo por 30 días, mientras que la Procuraduría capitalina continúa con las investigaciones para posteriormente recluirlos en un centro penitenciario.
Para defenderse y evitar que la penalidad sea mayor, los hermanos acusados de homicidio doloso, aseguraron a las autoridades de la PGJDF, que el ahora occiso era una persona que tenía problemas de drogadicción y que cuando se encontraba bajo los efectos de los enervantes, los maltrataba, rompía vidrios, los agredía para tener conflictos y que varias ocasiones asedió sexualmente a una de sus sobrinas.
En sus declaraciones, aseguraron que Fernando Fidencio constantemente les exigía dinero para poder comprar su droga, esto porque no trabajaba, por lo que cansados de tantos abusos, decidieron darle muerte y guardaron el cadáver en el refrigerador en lo que hacían un hoyo en la parte baja de la escalera de su vivienda para enterarlo y evadir la acción de la justicia.
Durante la presentación de los modernos caínes, el fiscal desconcentrado de Investigación en Iztapalapa, Enrique Humberto Priego Chávez, detalló que fue a petición del ministerio público como el juez 60 Penal del Reclusorio Preventivo Oriente, ordenó el arraigo de los hermanos María de los Angeles y Victoriano José Castro Rodríguez, para que durante esta medida cautelar se continúen llevando a cabo las indagatorias.
María de los Angeles refirió a las autoridades, que a finales del mes de abril del presente año, platicaba con un amigo y llegó Fernando Fidencio para agredirla con un machete, lesionándola en una mano; al intervenir el conocido de la mujer y sujetarlo por la espalda, ella lo despojó del arma punzocortante y con la misma lo agredió y que debido a la herida, Fernando cayó al piso e inmediatamente el amigo de la inculpada continuó pegándole con el machete hasta privarlo de la vida.
"Posteriormente, la acusada le informó lo ocurrido a Victoriano José y le dijo que sacara el cuerpo para tirarlo en la calle, pero por temor a ir a la cárcel decidieron meterlo en bolsas de plástico y ocultarlo en la nevera. Asimismo, planearon ocultar el cadáver en el baño del patio de la vivienda, debajo de las escaleras de acceso al primer piso, por lo que retiraron los muebles e hicieron un boquete", pero fueron atorados.
jueves, 13 de octubre de 2011
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