domingo, 16 de agosto de 2009

PENSAMIENTOS SOBRE HOMICIDAS.





"El asesino es un monstruo en la misma medida que es un producto de la sociedad en que vive. Y para aprehender la complejidad de la especie, se precisa aceptar que el asesino es tan humano como cualquiera de sus víctimas".Mauricio Bares.

La violencia fascina al Hombre. "Amamos a la bestia", como afirma el ensayista José Luis Zárate. Por esa misma atracción, comparable a la del entomólogo que contempla a un extraño insecto, la sangre no ha cesado de verterse desde el albor de la humanidad.

Al respecto, Octavio Paz reflexionó:"La conciencia del mal nace con nosotros. Al nacer conocemos la orfandad, nos sentimos arrojados a un mundo extraño. Descubrimos al mal, primero, al sentirnos en un mundo inhospitalario, indiferente; después, en la agresión de los otros contra nosotros o en nuestra agresividad contra ellos. Este saber es universal y común a todos los hombres desde la niñez (...) En 1945, al triunfo de los aliados, descubrimos un horror nuevo en la sucesión de horrores que ha sido la historia de los hombres: la industria de la muerte, los campos de concentración de los nazis.


La novedad del horror consistía en que, por primera vez en su sangrienta historia, los hombres aplicaron la técnica moderna de la producción en masa al viejo arte del exterminio. Los métodos para matar al prójimo se volvieron más racionales y eficaces. Y la atrocidad final: el crimen era impersonal. Antes conocíamos el rostro terrible de los verdugos, pero la técnica no tiene rostro (...) Desde que tengo uso de la memoria, el misterio del mal (porque es un misterio), me ha desvelado. ¿Alguien ha descifrado el misterio que es ser hombre? Pues lo mismo pasa con el mal. En una época pensé que era una herencia de nuestro pasado animal.


Pronto me di cuenta de mi error: ningún tigre mata a una pantera porque ella es negra y él, rayado. El mal aparece sobre la Tierra con los hombres. Por esto es inseparable de la Historia.


Lo que distingue al hombre del resto de los animales es la conciencia, más o menos clara, de ser libre. Incluso los que creen en la fatalidad, al obedecerla, realizan, en cierto modo, un acto libre. ¿O será a la inversa y cuando pensamos ser libres, obedecemos a la necesidad? No lo sé. El nudo entre libertad y fatalidad es inextricable. El secreto del mal, su misterio, está en ese nudo. Pues bien, creamos en la fatalidad o en la libertad, somos siempre responsables de nuestros actos. Por esto, nadie es inocente, ni siquiera los santos o los héroes. Por esto también es imposible acabar con el Mal: es parte del hombre, como el Bien.

A diferencia de las otras criaturas terrestres, nosotros sabemos que nuestros actos son buenos o malos; de ahí que a veces tengamos remordimientos. Un león no se arrepiente de haber devorado a una gacela, ni un virus de provocar una epidemia. Nuestro único recurso es reconocer la existencia de los otros, nuestros semejantes. Dañar al otro es, de alguna manera, dañarse a uno mismo. El origen de los grandes crímenes reside en la aparición de ideologías que negaron la humanidad de razas y clases enteras".



Desfilan por este mundo todo tipo de personajes y situaciones. Tenemos a los SERIAL KILLERS, esos dilectos asesinos seriales que semejan superestrellas: de Jack el Destripador a Jeffrey Dahmer; de Henri Landrú a Charles Manson; de Andrei Chikatilo a Ted Bundy; de Peter Kurten a Martha Beck; de John Wayne Gacy a Albert de Salvo; de Ed Gein a David Berkowitz.

Pero también están los mass murders, LOS ASESINOS DE MASAS que respondieron a un impulso del momento y un día explotaron con psicótica violencia: los chicos del colegio Columbine se hallan aquí, así como Charles Whitman y Brenda Ann Spencer, entre otros impulsivos.



La Historia provee de asesinos despiadados, convertidos ahora en oscuras leyendas: de Atila "El Azote de Dios" hasta el infanticida Herodes; de Vlad Tepes "El Empalador" hasta Erzebeth de Bathory "La Condesa Sangrienta"; de Gilles de Rais a Calígula; de Al Capone a Bonnie & Clyde; de Billy the Kid al pirata Barbarroja.


Por supuesto, LOS MAGNICIDAS tienen un lugar aquí ,desde Lee Harvey Oswald y Jack Ruby; Gavril Princip y Mark Chapman; Bruto y Casio.


Y los HERÓES- ANTIHERÓES de varios países no pueden faltar: de Gregorio "Goyo" Cárdenas al “Petiso Orejudo”; de Kim de Gelder a Luis Alfredo Garavito; de Enriqueta Martí a Tim Kretschmer.


Mención aparte tienen los "CRIMENES DE ESTADO": las muertes ordenadas por monarcas, dictadores y caudillos de todo el orbe, así como las acciones de guerra. Del sitio de los davidianos en Waco a la masacre de Tlatelolco; de los campos de exterminio de los nazis a la Cruzada de los Niños.




2 comentarios:

  1. Muy interesante... komo enlazas varias kosas.... me parece muy korrekta tu analogía de la pantera y el tigre, para contrarrestarla con las atrosidades que ha hecho el hombre....

    El origen del mal.... somos seres biopsicosociales.... creo yo que son diversos factores...si bien algunos serial killers han tenido problemas sexuales... no todos los k tiene problemas sexuales se vuelven asesino... por eso digo que se dbe a diversos factores y no solo a uno.

    Y claro rastrear al origen del mal es tarea dificil ya que los textos biblicos hablan acerca del primer homicidio Caín matando a Abel su hermano...
    Me parecen muy asertadas tus observaciones

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  2. El sutil mundo agresor, va moldeando a la bestia, a la sombra,primero el dolor llega consciente, despues al subconsciente y cuando llega al inconsciente es tarde, la proyeccion de la violencia es inevitable. Es como esculpir un <>, la sombra a salido a la superficie:metodica, ironica, mordaz... ve desplazar a todo ser vivo como un juego de legos que puede ser desarmado para satisfaccion de la sombra.

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